En los últimos años el concepto de Colaboración ha ocupado un lugar central en muchas prácticas, ámbitos e industrias.
En este contexto es interesante revisar lo publicado por Harvard Business Review, en lo que ellos consideran como uno de los artículos claves del 2017.
Los autores del mismo, Rob Cross, Reb Rebele y Adam Grant marca ciertos límites para la utilidad de Colaboración.
Datos de 300 organizaciones estudiadas indican que entre el 20 y el 35% de las colaboraciones que suman valor proviene de solo el 3 al 5% de los empleados.
El participar y colaborar mejora la posición del empleado dentro de la red organizacional, pero esta "mejora" se convierte en un problema, ya que aumenta la demanda sobre los empleados de mayor colaboración. Este círculo virtuoso se convierte en uno vicioso: estos empleados se transforman en cuellos de botella institucionales ya que el trabajo no avanza a menos que no sean incluídos. Y además, están sobrecargados por lo que ya no son efectivos a nivel individual.
Al analizar el fenómeno de recursos colaborativos podemos identificar 3 categorías: informacional, social y personal. Informacional refiere a los conocimientos y habilidades -aquel expertise que puede ser registrado y comunicado-. El social involucra el acceso y posición en una red que facilita la colaboración con otros. El personal hace referencia al propio tiempo y energía.
Los dos primeros pueden ser utilizados sin restarle recursos al empleado: pero el último es limitado. Participar y colaborar resta para el trabajo personal e individual.
El estudio de HBR muestra fenómenos interesantes, como por ej. que los los empleados más deseados para colaborar presentaban los índices más bajos de compromiso (engagement) y satisfacción de carrera, por lo que el poder analizar a los empleados que estén en sobrecarga de Colaboración es una actividad clave. Hay que enseñarles a priorizar y filtrar pedidos y autorizarlos a decir que no.
Hay otras estrategias, como revisar la estructura y diseño organizacional para así poder identificar prácticas más efectivas en el proceso de toma de decisiones.
El estudio también encontró que aproximadamente 20% de las "estrellas" de la organización no colaboran: solo se preocupan por sus propios números (y los bonos asociados), sin replicar/amplificar estos resultados a otros colegas. Es quizás hora de repensar cómo compensar la Colaboración.
Claramente la Colaboración es la respuesta a muchas necesidades del negocio, pero no siempre más es mejor.
Te invitamos a leer el estudio completo publicado por HBR para aprender más sobre un tema clave.
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